domingo, 14 de septiembre de 2014

Vigilia de universidad y mi nueva habilidad para empatizar

Aix…domingos, cuan diferentes son los domingos de verano de los domingos de cole. Aquí en las calles parece que se haya muerto alguien. Están desérticas. Estamos en vísperas de comenzar la universidad o el colegio para aquellos que aún disfrutan de la infancia. El tiempo tampoco acompaña, está nublado y escribo en el comedor a oscuras como un periodista profesional iluminado únicamente por la luz de la pantalla del ordenador mientras escribe a hurtadillas su próxima exclusiva. Aún he de comprar material de clase, me encanta comprar material de clase porque representa el inicio de nuevas rutinas y compromiso con mis tareas aunque después se desvanezcan. Este año me niego a consumir el horrible café de la cafetería de la universidad. De hecho, cualquier persona que beba café cada mañana, sabe que eso no es café, es más bien barro.

Estos últimos días he estado dando muchos consejos. Últimamente me siento más empático con la gente. La gente viene a mí y me explica cosas y los veo igual que yo: perdidos y hechos un mar de dudas. ¿Y quién soy yo para dar consejos? Pues nadie pero estoy motivado y tengo unas ganas enormes de tirar hacia delante. Les doy consejos sobre qué podrían hacer para intentar deshacer este mar de dudas.

Por ejemplo una antigua compañera de clase está asustada sobre su futuro. Quiere conseguir unas prácticas y hay pocas plazas. De  hecho, le atrae principalmente una empresa. Me estuvo comentado las razones por las que se sentía tan interesada por esa empresa y sin embargo teme que con tan poca experiencia, se vayan a reír en su blanca cara. Le he aconsejado que cogiera esas mismas razones que me ha explicado a mí y las utilice para redactar una buena carta de motivación. Sin duda si utiliza las mismas palabras que ha utilizado conmigo, conseguirá llamar la atención del departamento de recursos humanos.

Otro compañero de clase no está pasando por un buen momento, tanto amoroso como académico. No le gusta la carrera que está haciendo. Asumámoslo, Administración y Dirección de Empresas es un grandísimo truño y solo puedes aguantarla si después de un año o dos, consigues encontrar una motivación en ella. A principios de este año pasé por una crisis existencial. Quería dedicar mis esfuerzos al campo de las finanzas porque pensaba que era el único que me haría rico y me llevaría al éxito. Durante una clase de dirección financiera me di cuenta de lo mucho que me aburría en ella. No sabía a donde iba, qué iba a hacer e incluso pasé por un career advisor. Mil y una veces se me han presentado pruebas que lo que a mí me va es un ambiente internacional, con viajes, dirección, responsabilidad, planificación y DAR ORDENES. Por eso me gusta Kevin Spacey. Volvamos a mí amigo. Le he recomendado que busque, que busque algo que le llame la atención y vaya a por ello. Todos deberíamos encontrar nuestro Proyecto Grande y Loco para motivarnos.

A Sara también la he motivado a buscar su camino. Últimamente está desarrollando su vena más creativa. Está inmersa en su proyecto de video. Me encanta está fotografía porque aparece haciendo una de las cosas que más le gusta: grabar videos. Tiene un perfil especialmente sexy en esta imagen. Puedo percibir la línea de los labios que tanto me gustan o el pelo moreno que le cae por la espalda. Sara es la segunda persona a la que le aconsejo empezar un blog. Ella está convencida que se expresa realmente mal de forma escrita pero la única forma de mejorar es escribiendo.

La princesa vasca concentrada mientras graba el skyline barcelonino

¿Y quién cuida de mí? Pues Sara con sus palabras de ánimo. Ella es quien me motiva cuando más lo necesito. Me encanta darle mi apoyo. Esta mañana he estado media mañana estrujándome el cerebro intentando sacar lo mejor de mí para escribirle a Iberdrola una buena carta de motivación.

Hoy todo el mundo se recoge pronto, algunos deben tener la mochila preparada, otros no. Algunos estrenan estuche. Yo ya hace años que no tengo estuche. De hecho mi Deuter tiene un bolsillo para bolígrafos. Me encanta mi mochila porque tiene muchísimo espacio y con ella he viajado a muchísimos lugares. Incluso se ha hundido en barro conmigo.
Os dejo, mañana veré al repartidor del periódico hacer carrera conmigo mientras bajo hacia la estación de tren; compartiré camino con aquellos otros miembros del Renfe Club. Ojo al dato porque tengo nuevo compañero de viaje en el tren, un viejo amigo de instituto que comienza mañana sus prácticas en ginecología. Le he dicho que ante todo lleve guantes.

Sara también comienza sus prácticas mañana. Mucha suerte.


Al resto, espero que tengáis también un estupendo día. Hacer campana el primer día no está éticamente permitido. Podéis hacerla el martes. Gracias por su atención. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario