Llevaba días pensando un
nuevo título para el blog, pues este me parecía demasiado general y a la vez
demasiado artificial y con el qué tampoco me sentía demasiado identificado.
Esta mañana, me he iluminado y he decidido cambiarlo y hacer honor a esos dibujos
animados que tanto me gusta por su humor tan travieso y adulto: Adventure time. Una de las cosas buenas
que tiene el tener un blog tan joven y con tan baja audiencia, es que puedes
hacer cambios de este tipo sin salir perjudicado o tus lectores monten en cólera
por no encontrar la nueva dirección.
Hace un mes y medio
decidí abrir este blog con la idea de continuar saciando esas ganas de continuar
escribiendo que habían crecido a raíz de mi primer blog erasmusero. La idea era
crear nuevos proyectos que hicieran de este verano algo diferente y renovador.
El resultado ha sido estas 17 entradas (18 contando esta) de calidad muy
variable y de las que sinceramente no sé muy bien cómo calificar yo mismo.
Como he comentado antes,
de este blog he esperado obtener algo nuevo, algo que no he conseguido
encontrar durante estos tres años de carrera y con la cual no me encuentro al
100% identificado. Quizás la culpa la tiene Miguel que compartió en Facebook un
post de un blogger a raíz del cual
descubrí a otros bloggers españoles, que
me llamaron la atención. O definitivamente la culpa la tiene Sara que como dije
al principio fue la que me dijo “Continua”.
Sin embargo, ya van 18
entradas y pese a que escribir se ha vuelto algo con lo que disfruto, también
sufro esa falta de inspiración de la que he oído tanto hablar a través del
universo blogger. Pese a que no busco
hacerme famoso a raíz de este blog, ni tener 200 comentarios con cada entrada o
300 visitas, sí busco en este un poco de feedback.
Me encantaría tener un poco de crítica de la mano de desconocidos que no tengan
compasión y no me digan “Está bien” solo por pena.
Ya no solo soy un simple
novatillo que escribe sin más en esta simple y fácil plataforma, ahora soy un
novatillo al que el periodo de prueba se le ha agotado y busca hacerlo mejor.
Echo un vistazo en otros blogs profesionales, de esos con decenas o cientos de
visitas en un solo día y veo como lo tienen organizado para que sea más fácil
obtener ese feedback del que os estoy
hablando.
Para empezar, mi problema
con las faltas de ortografía sigue siendo serio (aunque no tan serio como
cuando suspendía los exámenes de castellano en la ESO por culpa de las faltas
de ortografía). Ay señorita Lobato, que zorra era usted pero cuanto bien me
hizo. Ocho años después, he logrado corregir (literalmente) ese aspecto. Aún
así, cuando estos textos pasan el escáner made
in Basque Country de Sara, se me pone la cara como un pimiento.
Si hay un blog que me ha
ayudado a escribir mejor ha sido el de Marina. Tengo la teoría que Sara
comienza a tener envidia de ella porque hablo muy bien de su blog. Yo le he
dicho a Sara, que haga como todas esas youtubers
británicas a las que sigue y que abra un canal para hablar de libros, pero
nada, no me hace caso. ¡Maldita timidez! ¡Acabará con ella! En fin, si algo me
enseño ese post de Marina, fue a escribir mejor y con ese estilo natural y
personal que tanto busco.
Desafortunadamente, desde
que empecé a trabajar, noto una falta de ideas e inspiración y mis días están
pasando a ser demasiado normales como para atraer nuevas historias. Tengo la
esperanza o la creencia, que esto cambiará una vez haya empezado mi cuarto y
último curso.
Como escribió Salinger en
uno de sus libros, me despido con amor y sordidez.
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